Bajo el lema «Su salud, tu tranquilidad», la Plataforma Estatal de Enfermera Escolar pone en marcha una campaña para pedir la implantación de la enfermera escolar en todos los centros.
La enfermera escolar es clave para cuidar, educar y proteger la salud de la infancia. Por ello, la Plataforma Estatal de la Enfermera Escolar, integrada por el Sindicato de Enfermería (SATSE), el Foro Español de Pacientes (FEP) y el Sindicato Independiente de la Enseñanza Pública (ANPE), pone en marcha una campaña para conseguir la implantación de la enfermera escolar en todos los centros educativos de nuestro país.
Bajo el lema «Su salud, tu tranquilidad«, la campaña busca informar y sensibilizar sobre la urgente necesidad de contar en todos los centros educativos con una enfermera o enfermero que atienda y proteja al alumnado. La enfermera escolar es garantía de seguridad para toda la comunidad educativa. Y más en estos momentos de crisis sanitaria por la COVID-19.
La campaña incluye la difusión de material informativo en distintos soportes (escrito, audiovisual, online…). Esto incluye cartelería, folletos informativos, publicidad exterior y en medios de comunicación, merchandising y esta página web.
Su salud, tu tranquilidad
La enfermera escolar es la responsable de cuidar, educar y proteger la salud de la infancia, en tiempos de pandemia y siempre.
La incorporación de una enfermera o enfermero al centro escolar representa un cambio muy importante en las vidas de miles de familias. Muchas de ellas tienen hijos e hijas con problemas de salud crónicos. Viven día a día con la intranquilidad de no tener asegurada la atención de sus pequeños durante el horario escolar.
La enfermera escolar puede suponer un cambio en la vida de miles de familias
Además, favorecería en gran medida la conciliación de la vida laboral y familiar, evitando el absentismo escolar de los menores como el de sus progenitores.
Por otra parte, se liberaría a los docentes y otro personal de los centros educativos de la responsabilidad que se les ha impuesto de proporcionar una atención sanitaria para la cual no están formados ni tienen competencias. Y ello con las posibles consecuencias que puede desencadenar para ellos mismos y para los niños, niñas y jóvenes.