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Cómo prevenir el consumo de tabaco en la adolescencia

tabaco adolescencia
El 34,7% del alumnado de entre 14 y 18 años ha fumado alguna vez en el último año. Cáncer de pulmón, EPOC, infarto de miocardio… son algunas de las enfermedades asociadas al tabaco y cuanto más joven se inicia el consumo, antes se sufren. La prevención desde todos los ámbitos, incluida la escuela, es clave.

 

Cada 31 de mayo se celebra en todo el mundo el Día Mundial sin Tabaco para alertar de los peligros de su consumo. Un consumo que se inicia en edades tempranas, poniendo en riesgo su salud y la de quienes les rodean.

Según el último informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre tendencias mundiales en el consumo de tabaco, en el mundo hay 1.300 millones de consumidores y, de ellos, 38 millones de niños y niñas de entre 13 y 15 años.

El que antes se inicia

En España, el tabaco continúa siendo la sustancia psicoactiva más consumida, por detrás del alcohol, según la última encuesta sobre alcohol y drogas en España (EDADES). Además, es la que empieza a consumirse a una edad más temprana: 16,6 años de media.

1 de cada 3 adolescentes ha fumado alguna vez en el último año

Así, según los datos del Ministerio de Sanidad, el 34,7% del alumnado de 14-18 años ha fumado alguna vez en el último año, siendo mayor el consumo entre chicas cuando hasta ahora era mayor entre chicos.

Ninguno es inocuo

Según la OMS, el tabaco mata a más de 8 millones de personas al año, de las cuales más de 7 millones son consumidores directos y 1,2 millones son no fumadores expuestos al humo ajeno.

No hablamos solo de cigarrillos, sino que el tabaco de liar, para pipa de agua o narguile, puros, bidis o kreteks son igualmente perjudiciales.

tabaco adolescencia

El tabaco sin humo es sumamente adictivo y perjudicial para la salud. Su consumo aumenta el riesgo de padecer cáncer de garganta, esófago y cavidad bucal.

El grupo de 15 a 24 años es el que muestra las mayores prevalencias de consumo de cigarrillo electrónico

Es en la adolescencia cuando se muestran las mayores prevalencias de consumo de dispositivos susceptibles de liberación de nicotina (DSLN), más conocidos como cigarrillos electrónicos. Buena parte de la culpa la tiene la información falsa que circula por la red sobre su menor toxicidad e incluso sus supuestos beneficios para la salud.

Consecuencias para la salud

El tabaco es la primera causa de enfermedad y muerte prevenible. En nuestro país, más de 160 personas mueren al día por esta causa. Las patologías pulmonares y cardíacas son las más conocidas, pero no las únicas.

Así, a corto plazo, quienes fuman sufren estos efectos:

  • Halitosis o mal aliento duradero.
  • Problemas respiratorios y circulatorios que conllevan un menor rendimiento deportivo frente a compañeros y compañeras no consumidores, además de un mayor tiempo de recuperación en caso de lesión.
  • Mayor riesgo de contraer infecciones, gripe, resfriados y enfermedades respiratorias.

Con el paso del tiempo, el consumo de tabaco se asocia con estas patologías:

  • Cáncer: de pulmón y también de garganta, estómago y vejiga.
  • Enfermedades pulmonares como EPOC, bronquitis crónica o enfisema.
  • Enfermedades cardíacas como infartos o cardiopatía isquémica.

Además, el consumo de tabaco se relaciona directamente con debilidad de huesos, problemas en la piel, enfermedad en las encías, infertilidad y problemas en la salud sexual.

Apuesta por la prevención

Cuanto más joven se inicia una persona, antes aparecen las patologías relacionadas con el consumo de tabaco. Por ello, es fundamental informar y sensibilizar a los niños, niñas y adolescentes sobre los efectos perjudiciales que tiene el consumo de tabaco para su salud y la de otras personas.

Cuanto antes se inicia el consumo de tabaco, antes se sufren sus consecuencias para la salud

Con el objetivo de hacer retroceder la epidemia de tabaquismo, la OMS propone una serie de medidas bajo la estrategia MPOWER:

  • Monitor: vigilar el consumo.
  • Protect: proteger a la población.
  • Offer: ofrecer ayuda.
  • Warn: advertir sobre los peligros.
  • Enforce: hacer cumplir las prohibiciones.
  • Raise: aumentar impuestos.

Siguiendo estas directrices, el Ministerio de Sanidad propone una serie de acciones, entre las que se incluye las medidas de prevención del tabaquismo. Así, figura la promoción de la integración y coordinación de los programas educativos de prevención del tabaquismo en educación primaria y secundaria, completándolo con campañas informativas dirigidas a padres y madres.

Prevenir desde la escuela

Priorizar la educación en salud en edades tempranas para fomentar conductas y hábitos de vida saludables y así evitar consumos futuros es fundamental, desde todos los ámbitos.

Así, desde los propios centros educativos, la enfermera escolar puede colaborar de manera decisiva para evitar el inicio del consumo de tabaco entre menores.

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A través de talleres y otras actividades informativas dirigidas tanto al alumnado como a las familias, la enfermera transmite información veraz, fuera de bulos, sobre el consumo de tabaco.

Gracias a las intervenciones grupales, el alumnado recibe información correcta sobre el consumo de tabaco en su propio entorno de socialización. Mientras, a nivel individual, la enfermera puede valorar cada caso particular, incidiendo en los aspectos más necesarios.

Esta figura que es su persona de confianza y de referencia en salud, instruye en los efectos nocivos a corto, medio y largo plazo tanto para el alumnado como para las personas de su entorno.

En 2019, el Ministerio de Sanidad destinó una dotación presupuestaria de 1.000.000 euros a la campaña de sensibilización frente al tabaquismo dirigidas a población joven. Generalizar la figura de la enfermera escolar, con todos los beneficios que conlleva, solo supondría entre 16 y 20 euros al año por habitante.

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